Artículo sobre Hasta los cojones del pensamiento positivo, de Buenaventura del Charco Olea
Buenaventura
del Charco Olea muestra en su libro la combinación perfecta de profesional de
la salud mental, profesor universitario y ser humano lleno de contradicciones.
Hasta
los cojones del pensamiento positivo es toda una narrativa contrapuesta al
“postureo positivista” de los últimos años en el que todo es posible si lo compartes
en redes sociales con un fondo bonito y una tipografía agradable. Siguiendo las
palabras del autor, el positivismo excesivo culpabiliza a los pacientes o a aquellas personas que se encuentran en una mala situación, no sólo se les dice
que “si ellos quieren, pueden”, sino que se les hace ver que, si no pueden, es
porque no lo están intentando: “se da así un enorme círculo vicioso que solo
sirve para retroalimentar el malestar y que este cada vez se amplifique más” (65).
La fuerza que mueve a esta obra no es otra que la de mostrar al mundo la vida tal y como es: blanca, negra, gris e, incluso, marrón. La forma en la que está escrito el libro se acerca más a la informalidad conversacional que al adoctrinamiento o carácter de manual didáctico. El autor se centra en los aspectos psicológicos de los pensamientos y/o emociones “desagradables” que conforman el día a día del ser humano y los atribuye a la herencia biológica, puesto que la historia de la humanidad nos ha dejado diferentes mecanismos de defensa y una fuerza emocional que nos distingue del reino animal; ahora bien, todo ello desde un punto de vista desenfadado, con ejemplificaciones totalmente cotidianas y un conocimiento y experiencia altamente notable en la manera en la que propone cómo todos y cada uno de nosotros podemos y somos capaces de reaccionar en un contexto duro o difícil.
El
empleo de citas de autoridad y la base científica es fundamental en el
desarrollo de cada uno de los capítulos que se centran cada vez más en el
porqué de aceptar los sentimientos tal y como son: Parte I. Por qué el
pensamiento positivo es pernicioso, iatrogénico y, en general, una buena
mierda; Parte II. Alternativa al postureo actitudinal positivo (o cómo tratarte
con decencia en vez de hacer el gilipollas).
En definitiva, Ventura consigue abarcar toda una disyuntiva en el ámbito psicológico a través de un lenguaje directo, moderno, lleno de alusiones personales tanto de su vida como trayectoria profesional, y agudizado por el contexto de las redes sociales y su efecto en la psicología social.
"La calidad de vida no se mide por el número de experiencias, logros, subidones o medidas altas de dopamina, sino porque su cómputo general sea consecuente con aquello que tú querías vivir, diste y recibiste amor, estabas en paz contigo mismo o fuiste consecuente con tus sentimientos y forma de ver la vida"(156).
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